La revista francesa “Le Tag Parfait”, dedicada a la cultura de la pornografía, entrevistó a Raven, una joven camgirl que se siente realizada ya que ha logrado hacer lo que siempre ha querido hacer gracias a su cámara. Con su atuendo BDSM, pelo largo y negro, nuestra invitada establece el tono de inmediato. ¡Es inconfundible!
Bienvenidos a la tierra de las nalgadas y del gancho anal. Raven va a contarnos por qué y cómo desempeña su actividad como camgirl. Si quieres leer la entrevista en su contexto original, haz clic AQUÍ.
Preguntas de TP: ¿quién eres? ¿En qué trabajas? ¿Desde cuando trabajas en la industria? En suma, háblanos un poco de ti.
Raven: Soy Raven, o ese es mi pseudónimo desde que tenía 15 años. He estado en el negocio del camming y el porno apenas desde marzo. Siempre quise hacerlo, pero digamos que mi situación económica no me lo permitía. Estaba tratando de conseguir mi propia casa y todo lo demás. Me llevó un poco de tiempo empezar. Desde marzo, cuando empezó el confinamiento, he aprovechado la ocasión y ahora trabaja como camgirl a tiempo completo.
Un trabajo de tiempo completo… Entonces, ¿tienes una rutina para todos los días o siempre improvisas?
Raven: ¡No, para nada! (risas) ¡No tengo tiempo que perder! Cada día me fijo como objetivo una cantidad de dinero que quiero ganar y no me acuesto hasta alcanzarlo. No trabajo en las mañanas. Prefiero pasar ese tiempo con seres queridos o en mis pasatiempos; en realidad empiezo a trabajar a las 3pm (camming, creación de contenido, etc.).
En cuanto a mi cuota diaria, tengo una forma de trabajar bastante extraña: digamos que la superé el lunes, bueno eso no me permite no hacer nada el día siguiente. No me siento bien sin una cuota diaria todos los días. Luego, a partir de la medianoche, hago toda la contabilidad de mi actividad: anoto todo en mis libros de contabilidad, lo que he vendido, en qué sitios, etc. Y justo después me voy a dormir, alrededor de las 3 de la mañana. Me reservo los domingos y miércoles como días libres. Mi trabajo no es para mí una limitación, porque hago lo que me gusta.
¿El confinamiento ha tenido algún efecto en tu actividad?
Raven: Mis clientes compraban mucho más contenido creado (fotos, videos, etc.) que shows de camming. Hubo un mes de confinamiento en el que gané muchísimo. De hecho, ahora mismo estoy viendo una ligera caída (risas). Pero todavía logro cumplir mis cuotas diarias, ¡no se preocupen! La mayoría de mis clientes en las plataformas son parejas casadas con hijos (o padres solteros) que aprovechan cuando están solos durante el día. Se conectan en las tardes de la semana, excepto el viernes por la noche y el sábado/domingo.
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Tu estilo se basa en el BDSM y en lo gótico. Incluso tienes fotos en las que sangras… ¿Tienes algún interés genuino en estas cosas o es más bien una estrategia de marketing?
Raven: Practico el BDSM desde muy joven. Es algo que se ve muy bien en fotos, en shows y en cosas así, y yo necesitaba algo así para exhibirme. Mis shows de camming incluyen BDSM, y los disfruto tanto como mis clientes.
Cuando era más joven, trataba de informarme por ahí con gente del medio, sin saber realmente qué era el BDSM. En ese momento, ni siquiera sabía qué significaba el acrónimo. No sabía que se trataba de una categoría, un estilo de vida. Luego investigué un poco más, crecí… Y así es como empezó. No hay mucho más que decir al respecto.
Volvamos a tus shows. ¿Prefieres que sean públicos o privados?
Raven: Privados, totalmente. Disfruto mucho entablar relaciones con mis clientes, lo que no puedo hacer con shows públicos. No que tener un público sea malo, de hecho es muy divertido, pero sólo lo hago una vez a la semana, los domingos.
Hablemos de tu relación con tus seguidores. ¿Fue difícil establecerla al principio? ¿De qué manera te relacionas con ellos?
Raven: Soy un muy mal ejemplo porque ya fui modelo de fotografía antes, así que ya tenía una gran comunidad de seguidores desde los 18 años y hoy tengo casi 24… Esta comunidad se fue construyendo en redes sociales, no es algo que planifiqué. Por ejemplo, tengo gente que sigue en camming pero que me conocen desde que tenía 18 años.
¡A veces me muestran fotos viejas que pensé que había olvidado! Es un gran placer. También pasa que me encuentro con algunos seguidos en la vida real, en la calle, y que me dicen en las redes “ah, te vi pero no me atreví”. Hay algunos clientes, digamos… difíciles, pero es muy fácil bloquearlos. Además, no trabajo con sexo en persona. En general, tengo clientes regulares y otros clientes algo irregulares pero que me siguen desde hace tiempo… Es muy variado.
Cuéntanos de tu OnlyFans. ¿Qué les ofreces a tus clientes?
Raven: Mi OnlyFans es gratis, pero hay contenido adicional pago. Solo hay que crearse una cuenta y acceder al contenido que publico, y se puede escoger lo que uno quiera ver. No hay suscripciones y posteo una o dos veces por semana. Así me aseguro de que mis clientes reciban algo acorde a lo que pagaron. Por ejemplo, subo mucho contenido de fetiche con orina, y no a todos les gusta. Y, obviamente, no quiero obligar a mis clientes a ver cosas que no les interesan. Por eso cada quien compra lo que quiere y cuando quiere. Soy transparente en ese sentido.
¿Cómo te llevas con las demás trabajadoras sexuales? ¿Has hecho alguna vez proyectos en conjunto?
Raven: ¡Son geniales! Honestamente son muy amables, cosa que no esperaba al principio. Somos muy unidas, nos ayudamos y damos consejos todo el tiempo, es fantástico. Por el momento, en cuanto al camming, no tengo planificada ninguna colaboración, excepto con una dominatrix pero compartiendo pantallas. Por ahora prefiero concentrarme en mí misma.
Bonjour 😏!!
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Sabemos que trabajas en muchas plataformas: OnlyFans, FetLife, Camcokine, Vends ta Culotte. Se nota que estás ocupada. ¿Cómo ha cambiado tu vida con toda esta actividad? ¿Tu sexualidad se ha visto afectada de alguna manera?
Raven: Siento que vivo mi día a día con menos estrés, porque por fin hago lo que me gusta. Es maravilloso trabajar haciendo lo que uno ama. Organizo mis horarios como quiero, creo contenido, hablo con la gente, me siento totalmente libre. Y, por supuesto, muy feliz.
En cuanto a mi sexualidad, no diría que cambió nada, porque ya practicaba BDSM antes de empezar con el camming. No fue al revés. Son mis prácticas sexuales habituales, solo que ahora me pagan por hacerlas.
Perdóname la pregunta incómoda pero, considerando los casos de ciberacoso, las comisiones exorbitantes de las plataformas, o el poco dinero que se gana en general, ¿por qué decidiste convertirte en camgirl? ¿Qué tipo de dificultades tienes que afrontar por lo general?
Raven: Bueno, al principio me lancé en el camming solo para ganar dinero. Quería combinar dos trabajos y ver cómo me iba de dejarlo, quería saber si era realmente rentable. Así que me lo propuse y hasta lo discutí con mi marido, quien me animó +++. Fue muy considerado. Hice «meses de prueba» combinando mi trabajo por entonces y mis nuevas incursiones. Fue realmente agotador.
Pero me di cuenta de que sí podía hacerlo. Después las dificultades desaparecieron, porque soy muy organizada con mi vida. Por supuesto, me hizo falta la ayuda de algunos colegas, para las declaraciones y cosas así. Y con sus conocimientos y los míos, logré armarme algo provechoso. Me va bastante bien, debo decir. Y es que, como es una actividad independiente, después me puedo conseguir un trabajo a tiempo parcial si en algún momento los ingresos o los clientes se reducen demasiado.
Con respecto a las comisiones, hay que escoger la plataforma correcta. En la que yo uso, son entre el 20% al 40%. Pero sin estos sitios no podría trabajar tan duro como lo hago. No podría arreglármelas sola en las redes sociales. Estas comisiones las tomo como compensación al sitio su ayuda. Por supuesto, es mucho, si sumas todo a largo plazo. Sin olvidar que las plataformas tienen su propio sistema de pago, porque PayPal, por ejemplo, es problemático… También hay que mencionar el anonimato para el cliente, en forma de seudónimo. Claro, algunos sitios abusan totalmente, ¡con comisiones de hasta 70%! Lo siento chicos, ¡yo también tengo facturas que pagar!
Entonces, ¿cómo te ves a ti misma en un año? ¿Qué planes tienes para el futuro?
Raven: Trato de ahorrar lo que gano. No creo que cuando tenga 50, 55 o 60 años tenga la fuerza que tengo hoy, ni la paciencia. Si alguna vez tengo otros proyectos profesionales que requieran dinero, tendré suficiente con lo que iniciarme. Y bueno, como decía antes, no me importaría volver a buscar un trabajo remunerado en algún lugar. Aunque me gustaría durar al menos 3, 4 o 10 años con mi actividad de camgirl.
¿Qué opinas de los últimos cambios en las leyes sobre el límite de edad para acceder a la pornografía?
Raven: Me preocupan mucho, porque las camgirls usamos las redes sociales para darnos a conocer. Personalmente solo uso Twitter o Instagram para publicidad y buscar de nuevos clientes y siempre respeto las leyes. Creo que puedo hablar en nombre de mis colegas cuando digo que estamos al límite y nos sentimos asustadas. Mi comunidad de seguidores es principalmente francesa, pero después me gustaría expandirme internacionalmente. Aunque, sin las redes sociales, es imposible.
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— Suuccube ⛓🔞 (@Mlehnsherr_) March 23, 2020
Para seguir a Raven en Twitter: @Mlehnsherr_