Pequeña Guía Rápida para Hablar Sucio

Hablar sucio es, literalmente, hablar de forma «sucia», traviesa o provocativa, según el término que prefieras. A algunos clientes les encanta oírte decir cosas groseras para excitarse más. No tengas vergüenza y ve a por ello. 

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Has empezado tu programa, estás en antena, estás caliente, vas a tu ritmo y ves crecer el número de espectadores. Y entre los comentarios, de repente te llega un mensaje que dice: «habla sucio». Si esto te deja sin palabras o atascado, aquí tienes algunos consejos sobre cómo abordar el dirty talk. 

 

¿Cómo puedes hacerlo? 

Depende de lo que busques. Si estás en un nicho de mercado y tienes muchos fetichistas en tu base de fans, hablar sucio es una necesidad. Especialmente en las relaciones de dominación/sumisión. Por lo tanto, tendrás que aprender o atreverte a hablar sucio sin vergüenza. Además, ¡aprender más sobre el dirty talk (hablar sucio) siempre puede ser un plus!

De hecho, una de las peticiones más comunes suele ser la de Jerk Off Instructions (JOI), en la que todo el espectáculo gira en torno a decirle a un chico cómo venirse.

No subestimes el poder del lenguaje sucio. El lenguaje sucio puede ser una poderosa palanca para que tus clientes estén más satisfechos y tus espectáculos sean más satisfactorios. Y por lo tanto, se vuelvan mucho mejores para todos. Incluso para los hombres, estimular el cerebro para una buena eyaculación cuenta. Además, crear un mundo de fantasía hace que el espectáculo sea más interactivo y da más valor a tus acciones. Un aspecto que tiende a que tus clientes se vuelvan fieles. Cuanto más satisfechos estén, mayor es la oportunidad de que vuelvan. Y los nuevos clientes también se quedarán. Así que pon a trabajar tu imaginación y habla sucio. 

 

Tono, ritmo y descripción

Para conseguir un espectáculo más atractivo, es una buena idea interactuar verbalmente con tus espectadores. Oírte hablar puede abrir la puerta a sus fantasías más rápidamente. Y además tienes el control para dirigir tu espectáculo en la dirección que quieras. Así, si un cliente te presiona para que vayas más rápido o más fuerte, puedes reenfocarlo utilizando la charla sucia. Dile, por ejemplo, que te excita y que te moja ir más despacio, si te está presionando. 

El tono y el ritmo de la voz tienen un impacto innegable en las fantasías de tus espectadores. Una voz suave siempre será más excitante que una voz aguda. Un ritmo más lento también permitirá al cliente sumergirse más profundamente en su fantasía sexual. Y la descripción de tus acciones le meterá de lleno en ella, incluso con los ojos cerrados. Es mucho más fácil proyectar. 

Además, el lenguaje sucio tiene la ventaja de que te permite hacer que tus espectáculos duren más tiempo. Cuanto más describas cada pequeño detalle, cada efecto y sensación, más lento será el ritmo de tu espectáculo de forma natural, como si estuvierais realmente juntos. Así que no dudes en decir qué y cómo te sientes. Di lo que le haces a tu cuerpo pero también lo que te gustaría hacerle. Utiliza palabras descriptivas que se adapten al grupo o a la persona con la que estás jugando, ¡y no tengas miedo de ser creativa!

 

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No dudes en preguntar

Si no estás acostumbrada y te parece que estás fuera de tu zona de confort, un poco de lectura erótica puede ayudarte. Esto te dará un flujo de palabras o frases que puedes decir y que puedes almacenar en un rincón de tu cerebro para sacarlas en su momento. No dudes en repetirlas en voz alta para practicar. También puedes consultar blogs y foros de contenido erótico para saber más sobre las distintas fantasías. Esto te ayudará a ser más creativa. 

Si la improvisación sigue siendo un problema, también puedes hablar de tu vida sexual fuera de cámara. Tampoco dudes en adornarla. A los chicos les encanta imaginar a mujeres con una libido hiperactiva en acción. Eso estimula su imaginación. 

Pero sobre todo, para una charla sucia de calidad, haz preguntas. Pregúntales cuáles son sus fantasías, qué les gusta, qué harían si estuvieran contigo ahora mismo, etc. Haz también preguntas en las que sepas que la respuesta va a ser «sí», como «¿te gustan mis curvas/pechos/culo?»; «¿estás empalmado/excitado por mí?», etc, etc.

El truco consiste en poner unas cuantas palabras groseras o traviesas en medio de la frase. Las que no te atreverías a decir en una conversación «normal». 

 

Para aprender, hay que empezar

Dicen que la práctica hace al maestro y eso es cierto en este caso. Aprenderás mejor si empiezas y perfeccionas tus técnicas. Si algunos se quedan callados durante tus espectáculos, siempre tendrás algunos que se involucrarán más, y es gracias a ellos que aprenderás a entender mejor los deseos de cada espectador. Siempre hay algunos grandes clásicos que funcionan con muchos de ellos… 

No tengas miedo de ser redundante. Si tienes la sensación de estar dando vueltas, es probable que tu cliente no la tenga y que esté viviendo un momento de absoluto éxtasis. Le gustas y le excitas: eso es lo que cuenta. Las actuaciones se hacen más fáciles con el tiempo. Después de unos cuantos espectáculos, podrás utilizar las actuaciones anteriores para inspirarte en el futuro. A muchos clientes les gustan cosas similares.

 

Si cometes un error, no es grave. Bromea sobre ello. La burla hacia uno mismo siempre funcionará mejor que la vergüenza y las disculpas. Esto también les excita. Así que, relájate, diviértete y… ¡Viva la charla sucia! 

 

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